miércoles, 26 de julio de 2017

Abuelas a toda pantalla


Bajo la dirección de Robert Mulligan, Uta Hagen era en 1972 la abuela Ada en “El otro” (The other), uno de los mejores clásicos de la historia del cine. 


Zeffie Tilbury nos regalaba en 1940 su extraordinaria composición de la abuela de la familia Joad en “Las uvas de la ira” (The grapes of wrath). Un año después, también dirigida por John Ford, Zeffie interpretaba a otra abuela en “La ruta del tabaco” (Tobacco Road).


Dirigida en 1995 por Mike Gabriel y Eric Goldberg, la Abuela Sauce de “Pocahontas” nos hablaba en el original con la voz de Linda Hunt.


Una mágica Shirley Knight, bajo la dirección de James L. Brooks, daba vida en 1997 a Beverly, la encantadora abuela de Spencer en “Mejor… imposible” (As good as it gets).


Gunn Wallgren era en 1982 la abuela Helena de “Fanny y Alexander” (Fanny och Alexander), maravilloso título de la filmografía de Ingmar Bergman. 


Dirigida en 1988 por Hayao Miyazaki, Nanny, la abuela de Kanta en “Mi vecino Totoro” (Tonari no Totoro), hablaba en el original con la voz de Tanie Kitabayashi


En 1936, Alma Kruger daba vida en “Esos tres” (These three), bajo la dirección de William Wyler, a Amelia Tilford, la abuela de Mary, una niña muy, muy mentirosa. 


Este mismo personaje de la abuela Amelia era interpretado en 1961, también bajo la dirección de Wyler, por Fay Bainter


CCH Pounder era Brenda, madre de Salomon y, por tanto, abuela del hijo de éste, en “Bagdad Cafe” (Out of Rosenheim), una deliciosa historia dirigida por Percy Adlon en 1987.


Dirigida en 1988 por Tony Bancroft y Barry Cook, la Abuela Fa de “Mulan” nos hablaba en el original a través de June Foray.


Y una deliciosa Cathleen Nesbitt daba vida en 1957, bajo la dirección de Leo McCarey, a Janou, la encantadora abuela de Nickie, el personaje de Cary Grant en “Tú y yo” (An affair to remember). 


A las abuelas, nuestras maravillosas aliadas.

miércoles, 12 de julio de 2017

El joven austríaco


"Se había contratado para la película a un joven austríaco como asesor de vestuario, para que no hubiese fallos, para la secuencia final con la fuga de la pareja protagonista a la vieja Europa. Cierto día, este joven austríaco se acercó a Wyler sugiriéndole que rodase la escena de otra manera. 'Mi primer impulso fue mandarle al diablo' - comentó Wyler - 'pero me acordé de cómo era yo en mis comienzos y comenté a mi gente que aquel chico haría carrera'. Aquel chico se llamaba Fred Zinnemann."

Sobre el rodaje de "Esos tres" (These three. William Wyler. 1936)


(William Wyler. Su obra y su época. Ángel Comas. T&B Editores)