miércoles, 27 de enero de 2010

La belleza clásica de Jean Simmons

El pasado Viernes, a los 80 años de edad, nos dejaba Jean Simmons, una de las actrices más bellas y versátiles del cine clásico americano.


Actriz británica de nacionalidad estadounidense, Jean Merilyn Simmons nació en Londres el 31 de Enero de 1929. En una clase de baile, a los 14 años, llamó la atención de un cazatalentos, debutando en el cine en 1944 con dos títulos: “Sports day” y “Give us the moon”.


Su fama en el Reino Unido no tardaría mucho en llegar gracias a su intervención, dos años más tarde, en la película “Cadenas rotas”, excelente adaptación de David Lean de la novela de Charles Dickens.


Su papel de Ofelia en “Hamlet”, magnífica adaptación de Shakespeare dirigida y protagonizada en 1948 por Laurence Olivier, le abrió las puertas a Hollywood y le dio su primera nominación al Oscar como mejor actriz secundaria, siendo además reconocida por este papel con el Volpi Cup en el Festival de Venecia.

En 1950, Jean contrajo matrimonio con el actor Stewart Granger. Y en 1953 fue la primera elección de William Wyler para el papel de la princesa Ann de “Vacaciones en Roma”, papel que recaería finalmente en Audrey Hepburn, proporcionándole a Audrey un Oscar, porque Howard Hughes, bajo quien estaba el contrato de Jean, no quiso cederla a otro estudio.


En 1960, Jean Simmons se divorció de Stewart Granger para casarse casi de inmediato con el director Richard Brooks, bajo cuya dirección protagonizó junto a Burt LancasterEl fuego y la palabra” (1960), una memorable adaptación de la novela de Sinclair Lewis por la que la actriz fue nominada a los Globos de Oro.


Ese mismo año coprotagonizó “Espartaco” junto a Kirk Douglas, dando vida Jean a la esclava Varinia, uno de sus personajes más recordados.

En 1968, Simmons interpretó, sorprendentemente, a la señorita Rottenmeier en una adaptación televisiva de “Heidi”. Y un año más tarde volvió a ser dirigida por Richard Brooks en “Con los ojos cerrados”, papel por el que fue nuevamente nominada al Oscar, esta vez como actriz principal.


A partir de los años 70, fue combinando el cine con pequeños trabajos para la televisión. Apareció en series como “Hawai 5-0”, “Hotel”, “Perry Mason”, “Alfred Hitchcock presenta” o “Se ha escrito un crimen”.

Y en la década de los 80 enriqueció sus interpretaciones televisivas a través de dos series de éxito: “Norte y Sur”, donde daba vida a la madre del personaje de Patrick Swayze, y “El pájaro espino”, donde interpretaba a Fiona, la madre de la familia Cleary, complejo papel que le valió un Emmy y una nominación a los Globos de Oro.

En 1995 Jean volvió a la gran pantalla, junto a un importante elenco de actrices, con “Donde reside el amor”. Y ya en la década de los 2000, aportó su voz en dos películas de animación: “Final Fantasy: La fuerza interior” (2001) y “El castillo ambulante” (2004), esta última del maestro Hayao Miyazaki. En 2009 se estrenó su última intervención para la gran pantalla: “Shadows in the Sun”.


Jean Simmons deja tras de sí un centenar de intervenciones en el cine y la televisión. Títulos como “César y Cleopatra”, “Cadenas rotas”, “Narciso negro”, “Hamlet”, “Extraño suceso”, “Androcles y el león”, “Cara de ángel”, “La reina virgen”, “La túnica sagrada”, “Sinuhé, el egipcio”, “Demetrio y los gladiadores”, “Desireé”, “Ellos y ellas”, “Horizontes de grandeza”, “Esta tierra es mía” , “El fuego y la palabra”, “Espartaco” o “Con los ojos cerrados”, forman ya parte de la historia del cine. Y series como “Norte y Sur” o “El pájaro espino” dejaron su huella en la pequeña pantalla.


Y sus personajes de Estella ("Cadenas rotas"), Ofelia (“Hamlet”), Diane Tremayne (“Cara de ángel”), Julia Maragon (“Horizontes de grandeza”) o Varinia (“Espartaco”) mantendrán siempre vivo nuestro recuerdo de ella.

Gracias, Jean.

sábado, 16 de enero de 2010

Eric Rohmer, narrador de historias humanas

El pasado 11 de Enero se nos iba un gran nombre de la historia del cine. A los 89 años de edad nos dejaba Eric Rohmer, cineasta francés considerado como uno de los integrantes más destacados de la Nouvelle Vague.


Fallece uno de los padres de la Nouvelle Vague, observador de las relaciones amorosas y la ligereza humana
(Lluis Uría. La Vanguardia)

Jean-Marie Maurice Schérer nació el 4 de Abril de 1920 en Tulle, Corrèze (Francia). Se licenció en literatura francesa en 1942, y entre ese año y 1949 ejerció como profesor en ese mismo liceo. En 1946 publicó su novela “Elizabeth” con el seudónimo de Gilbert Cordier, así como algunos artículos periodísticos. En 1949 se trasladó a Paris, donde orientó sus pasos hacia el mundo del cine.


Firmando como coautor junto a Claude Chabrol, y utilizando ya el seudónimo de Eric Rohmer, por el que sería conocido como cineasta, publicó en 1957 el libro “Hitchcock”, una monografía sobre el realizador británico.

En el cine son habituales estos cambios de nombre. El de Eric Rohmer, en concreto, es un anagrama de Maurice Schérer. Yo era profesor de literatura en mi juventud y tenía bastantes alumnos. Soy de una familia de la provincia de Alsacia, de mentalidad tradicional, a la que no le gustaba que abandonara mi oficio de profesor, así que, para escribir sobre cine y para moverme en este mundo, me sentía más libre con el seudónimo, que a la vez me parecía más bonito y más armonioso
(Eric Rohmer. "Dirigido por..." 2004)

Eric Rohmer y Jean-Luc Godard

Eric Rohmer ya había rodado sus primeros cortometrajes experimentales cuando conoció a Jacques Rivette y Jean-Luc Godard, con quienes fundó “La Gazette du Cinéma”, revista en la que fue jefe de redacción, mientras colaboraba de manera simultánea como crítico en otras publicaciones especializadas como “La revue du Cinéma”, “Les Temps Modernes”, “La Parisienne” y “Arts”.

Estas experiencias le llevaron a integrar el equipo fundador de “Cahiers du Cinéma”, la célebre revista que se constituyó en embrión de la Nouvelle Vague y de la que Rohmer fue redactor jefe de 1957 a 1963.


En 1959 debutó como director de cine, y no con demasiado éxito de crítica, con el largometraje “El signo del león”. En 1962 inició la primera de las tres series de películas que desarrollaría a lo largo de su carrera, siempre con guiones propios. “Seis cuentos morales” integra “La panadera de Monceau” (1962); “La carrera de Suzanne” (1963); “La coleccionista” (1967); “Mi noche con Maud” (1969), por la que fue nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa; “La rodilla de Clara” (1970) y “El amor después del mediodía” (1972).


La seguiría, en los años ochenta, “Comedias y proverbios”, serie que incluye “La mujer del aviador” (1980), “La buena boda” (1981), “Pauline en la playa” (1982), “Las noches de luna llena” (1984), “El rayo verde” (1986), y “El amigo de mi amiga” (1987).


Y en la década de los noventa realizó la tercera, “Cuentos de las cuatro estaciones”, formada por “Cuento de primavera” (1990); “Cuento de invierno” (1991), “Cuento de verano” (1996), y “Cuento de otoño” (1998).


Independiente de estos cuatro cuentos surgió en esta misma década “Les rendez vous de Paris” (1994), película fiel al más puro estilo de la Nouvelle Vague, filmada en la capital francesa con cámara de 16 milímetros al hombro y para la cual Rohmer tuvo sólo un pequeño equipo de tres personas – ayudante de producción, operadora y técnico de sonido – con el resultado de tres cortometrajes independientes pero unidos por el tema de la relación de pareja.


Porque Rohmer se reconocía como el más auténtico deudor de la Nouvelle Vague y se vanagloriaba de no haberla traicionado nunca (“He respetado esa idea de que se podía hacer cine sobre la cotidianidad, que no eran necesarias las grandes construcciones dramáticas para tratar la realidad”).

Al conjunto de sus películas hay que añadir numerosos trabajos “fuera de serie”, desde cortos y mediometrajes experimentales, monografías y documentales que rodó a lo largo de los años cincuenta y sesenta, hasta epopeyas de época, comedias de enredo, filmes históricos o thrillers insólitos.


"Mi filosofía no ha cambiado ni creo que vaya a hacerlo. Siempre he pensado que una película merece la pena cuando se puede llegar a la esencialidad. También creo necesario dejar un espacio al azar. Y es entonces cuando se producen esos azares tan valiosos. Paradójicamente, en mis películas todo es fortuito... menos el azar. De ahí se deriva o se desprende que todos los riesgos de mi carrera, que han sido muchos, hayan estado siempre calculados. ¿Una nueva película? Bergman anunció muchas veces su última película, su retirada, su despedida. Pero cuántas últimas películas hizo, ¿no?"
(Eric Rohmer. “El Mundo”)


Su última película, “El romance de Astrea y Céladon” (2007) fue seleccionada para la competición de la Mostra de Venecia de 2007.

A Eric Rohmer nunca le atrajeron los dramas tradicionales, sino los pequeños detalles de las relaciones humanas y los aspectos paradójicos y contradictorios de la psicología de sus personajes. Sus protagonistas hablan constantemente en el intento de explicarse a sí mismos, y lo hacen como si se tratara de una reflexión compartida con el espectador, aunque nunca llegan a una conclusión.


Este elemento, los personajes inconclusos, en lucha permanente entre el deseo y la conciencia, y en general determinados por el azar, está presente en casi toda su obra, lo que refuerza la idea de la realización como una experimentación permanente, una investigación sin punto final.

Rohmer, el mayor de la camada, era un corredor de fondo. Y lo fue a lo largo de toda su carrrera, con sus historias intimistas, con pocos personajes, tanto si trataban de la cotidianidad parisiense como si su acción se situaba en épocas remotas propicias al espectáculo facilón
(Roman Gubern, escritor e historiador de medios de comunicación)


A lo largo de su fructífera carrera, Eric Rohmer vio reconocido su trabajo con infinidad de premios en todo el mundo. Entre otros, el Premio del Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York por “Mi noche con Maud” (1969), la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián por “La rodilla de Clara” (1970), el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes por “La marquesa de O” (1976) o el Premio Especial en el Festival de Cine de Montreal por su trabajo completo en “Comedias y Proverbios“, con la ocasión añadida de presentar en competición oficial “El amigo de mi amiga” (1987).

O el Luchino Visconti de 1990 a su carrera en los David di Donatello Award del cine italiano y el León de Oro a toda su carrera en el Festival de Cine de Venecia 2001.

León de Oro en el Festival de Venecia

Bajo una aparente ligereza, dotaba a sus filmes de tal rigor que lo sitúa entre los más grandes directores de la historia
(Thierry Frémaux, delegado general del Festival de Cannes)

En el 2009 celebrábamos los 50 años de la Nouvelle Vague. Cine en letras mayúsculas que debemos agradecer, entre otros cineastas, a Eric Rohmer.


"Si tuviera actores más caros, si emplease más medios técnicos, si tuviese un equipo más pesado, mis filmes serían peores"
(Eric Rohmer)

miércoles, 6 de enero de 2010

Los Reyes Magos a toda pantalla

Hoy es el Día de Reyes. Y estamos en La Gran Pantalla. Buen día y buen lugar para recordar títulos cinematográficos en los que aparecen estos entrañables y mágicos personajes.

En “Los Reyes Magos” nos encontramos a Melchor, Gaspar y Baltasar, tres hombres con poderes en las artes de la magia que han estado buscando durante años una señal que les indique cuándo y dónde va a cambiar el curso de la historia. Por fin, ha llegado el momento.

“The 3 wise men”. 2003. Antonio Navarro

Jesús de Nazareth” es una película épica que nos presenta las distintas etapas de la vida de Cristo a través de un reparto internacional de primera línea. Una gran historia muy bien contada.

“Jesus of Nazareth”. 1977. Franco Zefirelli

Brian es un niño que nace el mismo día que Jesucristo, el Mesías, siendo en varias ocasiones de su vida confundido con él. “La vida de Brian” es una genuina y divertidísima película de los Monty Python.

“Life of Brian”. 1979. Terry Jones

En “Rey de reyes” se nos narran todos los acontecimientos de la vida de Jesús, poniendo especial énfasis en sus momentos más difíciles, sus dudas entre la acción y la contemplación, así como sus ideas sobre el inconformismo, la libertad y la violencia.

“King of kings”. 1961. Nicholas Ray

La historia más grande jamás contada” es un espectacular acercamiento al relato evangélico de la vida de Jesús de Nazareth, desde su nacimiento en Belén hasta su muerte en la cruz y su resurrección.

“The greatest store ever told”. 1965. George Stevens

Y terminamos con una auténtica obra maestra del cine. “Ben-Hur” nos cuenta la vida de Judá Ben-Hur, un noble judío contemporáneo de Cristo, que es traicionado por un romano amigo de la infancia, Messala.

“Ben-Hur”. 1959. William Wyler

A mí me gusta el Día de Reyes, me parece un bonito día lleno de ilusión. Así como las tradicionales Cartas para los Reyes y el delicioso Roscón típico de esta fecha. Y la Lotería del Niño que, si toca, hace mucho más bonito el día.


¡Que tengáis todos unos Reyes de Cine!

viernes, 1 de enero de 2010